Destino en la noche

Entrada desde la autopista a Granollers, muy cerca de casaLa noche. Esa sombra cálida que tanto me calma, ese silencio que me acaricia y me duerme, una sirena pálida con dedos de plata.

Llegar en la noche tiene la esperanza del hogar cerrado, donde el tiempo se detuvo hace apenas unos días, cuando partimos. La casa en su mutismo parece sonreirnos, las cosas en su último sitio, la luz y los bolsos, cuatro comentarios un tanto al azar porque el cansancio es mucho, quizás tomar una birra y acostarse en seguida a dormir, ya son más de las 10 de la noche y lo único que quiero es mi almohada.

Granollers se mueve con movimientos lentos, se desenvuelve y se enrosca nuevamente para su tranquila vida de oruga verde.

diumenge 16 abril 2006