La Italia del norte

Monumento a Vittorio Emanuele II, en la Piazza del Duomo, MilanoEl norte y sus muchos rasgos de unidad cultural. Tan lejano de ese sur, ese otro mundo mediterráneo, griego, romano, sarraceno... mafioso. Parte de una unidad jurídica estatal que después de siglo y medio aún duda de los límites de dicha entidad. Un norte con su maraña de dialectos que se resisten a perderse en la imposición escolar y televisiva del italiano oficial, que en origen no era más que un dialecto toscano, la lengua de Firenze, que por convención intelectual y por supuesto política, se impuso como lengua oficial de la naciente unidad italiana de la segunda mitad del siglo XIX.

Escultura a Leonardo da Vinci en la Piazza della Scala, MilanoCuna cultural de grandes artistas y pensadores, el norte italiano es Europa y por extensión es Occidente. Maestros de la música, ingenieros, arquitectos, pintores y escultores surgidos en las escuelas fiorentinas, milanesas, genovesas y venecianas aportaron su creatividad y maestría al arte y conocimientos de toda la humanidad.

Interior del castello di Milano; dicen que aquí se desarrolla una de las historias de ese famoso best seller que no leí ni pienso leerPero aunque en Italia se insista en esto, más por razones de imagen exterior y un enfoque casi exclusivamente turístico, la realidad cotidiana es de un estancamiento y un conservadurismo en todos los niveles, una cultura actual que de innovadora no tiene nada. Amarrados a su idea del mundo, su admiración por lo "americano", sus industrias ya obsoletas y su dependencia tecnológica, Italia desde su modorra camina desde hace unos años un paso más lento que el del resto de Europa. Ya queda claro que no es el Sur el "culpable" de los problemas italianos y del fracaso industrial.

La luz y perfección que irradió el norte italiano en otros siglos, hoy en día es solo una cartilla más para turistas jubilados del primer mundo. La vida cotidiana y la gente de la calle, se cierra cada vez más en su egoísmo y banalidades, donde lo primordial es el telefonino (teléfono móbil) y la macchina (auto).

Jóvenes turistas durmiendo bajo el sol de MilanoEl norte, la tierra de mis abuelos, casi como una defraudación, un desengaño, como si parte de mis raíces me rechazaran porque no pertenezco, no soy parte, soy el extraño, el "extracomunitario" que aunque no lo fuera en el sentido jurídico y el sentido primero está relacionado a la ciudadanía europea, me lo hacían sentir en el sentido social: el no perteneciente a la comunidad. Surgidos de sus guerras y sus miserias económicas de otros tiempos, hoy en día Italia camina altanera, ignorante del pasado, creyendo que siempre será así, que todos los caminos conducirán siempre a Roma.

sabato 15 aprile 2006